sábado, 26 de mayo de 2007

Que pasó con la gente del barrio?

Ni idea, en estos momentos en medio del agite diario, uno que otro trancón inesperado rumbo a casa, después de un día agotador, finalmente uno entiende que los años han pasado y que nuestros padres eran una mixtura extraña de santos y magos ...

Hoy con mas de 30 encima, extraño esas tardes de los viernes en que llegaba del colegio, presuroso almorzaba frijolitos con chicharrón (costumbre de la familia ese día), y después de una siestilla de unas dos horitas, tomaba un corto baño y estaba listo para enfrentar el fin de semana...

La pinta del viernes, buenos jeans, eso si entubaditos, se le pasaba un trapito a las boticas reebook (intocables entre semana) y una buena camiseta godcha, Op, que preferiblemente fuera manga larga.

Unos cuantos pesos en el bolsillo, producto del sacrificado ahorro semanal, era fácil ahorrar lo de los recreos cuando en tu colegio había varios árboles de mango... o a punta de agua y una que otra papita frita que algún amigo te ofrecía... lo cierto es que el fin de semana no podía sorprenderte desplatado...


Con la pinta y el billete un toque de loción era lo que faltaba... para eso te escabullías sigilosamente al cuarto de tu papá y encontrabas en su closet ese frasco bonito a veces camuflado entre las camisetas ó los calzoncillos, personalmente nunca entendí porqué mi papá nunca cambió el sitio, pero después comprendí el juego de complicidad en el que estábamos atrapados.

Todo listo Houston... último chequeo, llaves de la casa (en el llaverito de mosquetón) y si había rumbita por la noche no podía faltar ese casette de 90min con tus temas preferidos y el directorio de acordioncito, con esa lista interminable de niñas, unas conocidas y otras aún no, pero recuerdas que copiaste esos teléfonos del directorio del mas pinta del salón, un viernes en la calase de educación física; ese directorio cabía perfectamente en tu billetera con cierre belcrom.

Bueno todo listo...