jueves, 30 de agosto de 2007

Era pura calidad.... o no?..hermano Gorgojo?

En los recobecos "Yutbeños" me encontré estas perlas ochenteras... espero que las disfruten tanto como yo.. Que épocas...

Eran bolitas de colores.... dulces sus sabores....

Cuantas pesadillas con Carietón...

Qué sale en la tapa?

sábado, 23 de junio de 2007

El Cerrajero, El Bueno y La víctiama

Cuando se tiene acceso a lugares restringidos del plantel educativo donde, por física necesidad, pasas la mayor parte de tu inquieta vida de adolescente, se tiene inevitablemente fama y poder. Recuerdo uno de esos lugares reservado para muy pocos, en mi cabeza todavía lo recuerdo como un lugar , en el último rincón del colegio, apartado del insoportable ruido producido por cientos de estudiantes y profesores, gente corriendo por los patios y gritos de ánimo en algún partido de fútbol. Su aroma a madera seca, calidez y perfecto orden, sumado a las colchonetas ubicadas en una especie de mezanine, lo convertían en el mejor lugar del mundo cuando de evadirse de clase se trataba, me estoy refiriendo al sitio que se había asignado a nuestras valerosas y siempre listas tropas de los Scout. El único limitante sin duda era la puerta de acceso, fabricada en sólidos perfiles de hierro y dotada con una de ésas chapas que para abrirlas, no son menos de ocho vueltas completas a la llave, cuya única copia permanecía en el bolsillo del jefe de la tropa. Pero casi siempre la suerte ha estado de parte de un amigo, que entre sus tesoros, poseía quizás la colección mas afortunada de llaves de todos tipos, recuerdo esa mañana en que en un recreo al primer ensayo la puerta se abrió mágicamente y con alegría empezamos a planear lo que en el futuro para nosotros sería la guarida perfecta para escapar de esas torturantes clases de filosofía los Jueves a la última hora. Todo listo, walkman, mecato y a foquiar se dijo... La puerta abrió tal como la primera vez, sigilosamente irrumpimos y no fue problema encontrar el sitio perfecto, un poco de música, papitas fritas y gaseosita... Que mas se le puede pedir a la vida cuando has dejado a casi tos tus compañeros del salón, inmersos en interminables teorías Platónicas y tu estas en lo mas parecido al vientre materno... Son cuarenta minutos... pensamos, hay que estar pendientes, al sonar la campana, salimos para los buses y aquí no ha pasado nada... En efecto la campana cumplió su cometido, al sacarnos del coma en que estábamos al cabo de un rato, sin pensarlo, morral al hombro y a correr hacia los buses... ¿Que pasa? le preguntaba a mi amigo, ya con un toque de pánico... La famosa llave por alguna razón, desde el interior, no servia para absolutamente nada, después de mucho forcejear, resignados vimos a través de las rejas los buses pasar uno a uno, sólo dos horas después un vigilante del colegio estaba llamando al único poseedor de la llave para sacarnos del atolladero...

miércoles, 30 de mayo de 2007

Las rumbitas ochenteras

8:00 pm

El punto de reunión casi siempre era esa tienda de la esquina, uno a uno, sin previo aviso iban llegando los amigos del alma, esos amigos que tal vez en un animado partido de micro fútbol callejero, no sintieron ningún remordimiento para empujarte de lleno, hacia el inclemente asfalto del medio día, semanas mas tarde, entendías la agresión al encontrarle una foto de tu novia, entre las páginas del libro de matemáticas... aún así, a los 18 años las amistades son a prueba de todo.

Las fiestas en los 80´s parecían tener su magia, no había plata suficiente para ir siempre a sitios públicos y cuando el 99% de tus amigas eran menores de edad, lo más conveniente siempre era convencer a alguna mamá de los peligros de la calle, para que prestara la casa para una rumbita.

La música era un tema bien complejo, si consideramos que a un casette de 60min sólo le cabían mas o menos unas 10 a 12 canciones, solo los mas eruditos en el tema musical mantenían intacta su colección, fiesta tras fiesta , con no menos de 30 o 40 unidades, era ese amigo que llegaba con sus caseteras en la mano y casi sin saludar, derecho al equipo de sonido, solo él era el único capaz de ubicarle un tema musical a una niña de la fiesta en menos de 1 minuto, obvio que contaba con su inseparable secretario "el wockman"; y para hacer todo aún mas perfecto, el estrober, producto de una ida a un almacén electrónico en el centro, para ello se hizo una colecta de la cual muchos a la fecha no hemos pagado la cuota...

Solo ron con coca cola y yo lo preparo, esa era la primera condición que salía implacable de la boca de la señora de la casa, pero claro, con la autorización solo era cuestión de hacer las llamadas adecuadas y bingo, tenias una casa con el carro del papá afuera, la mesa del comedor en el garaje, y estaba lista la pista pa azotar el baldosín....

Como a las 9 de la noche las reservas del ron con coca cola habían llegado a su fin, solo era cuestión de esperar que llegara ese amigo que era el único al que el papá le soltaba el carro, la primera vaca de la noche (siempre dejando lo del taxi en un bolsillito secreto de la billetera) y vamos para el estanco... De regreso la cosa era simple, solo se compraban medias de aguardiente para camuflarlas fácilmente, si preguntan fuimos por mas papas (ahora entiendo por que siempre sobraban papas fritas).

Para la 1am ya empezaban a llegar los padres en busca de sus hijitas, sin embargo no todo estaba acabado, siempre hay dos o tres que pidieron permiso para quedarse en casa de la anfitriona, eso daba como dos horitas mas de baile, tragos de aguardiente clandestinos, uno que otro chiste nuevo y sin duda vivir a plenitud la adolescencia...

sábado, 26 de mayo de 2007

Que pasó con la gente del barrio?

Ni idea, en estos momentos en medio del agite diario, uno que otro trancón inesperado rumbo a casa, después de un día agotador, finalmente uno entiende que los años han pasado y que nuestros padres eran una mixtura extraña de santos y magos ...

Hoy con mas de 30 encima, extraño esas tardes de los viernes en que llegaba del colegio, presuroso almorzaba frijolitos con chicharrón (costumbre de la familia ese día), y después de una siestilla de unas dos horitas, tomaba un corto baño y estaba listo para enfrentar el fin de semana...

La pinta del viernes, buenos jeans, eso si entubaditos, se le pasaba un trapito a las boticas reebook (intocables entre semana) y una buena camiseta godcha, Op, que preferiblemente fuera manga larga.

Unos cuantos pesos en el bolsillo, producto del sacrificado ahorro semanal, era fácil ahorrar lo de los recreos cuando en tu colegio había varios árboles de mango... o a punta de agua y una que otra papita frita que algún amigo te ofrecía... lo cierto es que el fin de semana no podía sorprenderte desplatado...


Con la pinta y el billete un toque de loción era lo que faltaba... para eso te escabullías sigilosamente al cuarto de tu papá y encontrabas en su closet ese frasco bonito a veces camuflado entre las camisetas ó los calzoncillos, personalmente nunca entendí porqué mi papá nunca cambió el sitio, pero después comprendí el juego de complicidad en el que estábamos atrapados.

Todo listo Houston... último chequeo, llaves de la casa (en el llaverito de mosquetón) y si había rumbita por la noche no podía faltar ese casette de 90min con tus temas preferidos y el directorio de acordioncito, con esa lista interminable de niñas, unas conocidas y otras aún no, pero recuerdas que copiaste esos teléfonos del directorio del mas pinta del salón, un viernes en la calase de educación física; ese directorio cabía perfectamente en tu billetera con cierre belcrom.

Bueno todo listo...