viernes, 4 de febrero de 2011

Papá gracias!


Si algo tengo claro en la vida es que pertenezco a ese selecto desafortunado grupo de seres humanos a los que la vida le pone los mometos felices con cronómetro en mano.

Como hace varios años entendí en mensaje, hoy he decidido desempolvar éste blog para dejar de contar historias adolecentes de los 80s y pararme en la línea de tiempo que inevitablemente me lleva como pasajrero.

Si tuviera que empezar a recorrer el tren de mi vida (hasta donde tengo conciencia) serían vagones llenos de alegría, de enseñanzas de mucho amor de familia.

Tendría que empezar por hablar del sabio timonel que a punta de lecciones y dichos populares labró gran parte de mis principios.

Muchas de las personas más cercanas a mi ya tendrán en su mente la imagen de un viejo sabio, de figura un tanto pesada y un tono de voz casi militar, ese hombre es mi padre.

Sería absurdo tratar de resumir en un sólo post años llenos de verdaderas lecciones de vida y lo mejor... haber aprendido que la vida es el espacio de tiempo que Dios ha destinado para que cumplamos una misión en la tierra que conocemos... si lo hacemos bien, está garantizado el pasaportee al foforro celestial.

Hoy, gracias a Dios tengo un hijo de 13 años, ya se .... el pensamiento que acaba de llegar a sus mnentes.... un adolecente en pleno siglo XXI, nada fácil pero ese no será el tama de éste post.

La cuestión es simple... ¿porqué justo cuando tenemos a nuestro padre cerca nos senitmos sabios?

Déjenme decirles una cosa... hoy después de casi 14 años de la muerte de mi padre e intentar permear todo ese sabio legado de consejos y lecciones de vida a mi hijo creo que ha valido la pena cada segundo.

Creo que he dado todo éste rodeo para concluir finalmente que hoy... mi viejo... de verdadque me haces falta... pero te agradezco de todo corazón tus sabios cosejos, tus justos castigos, tu entrega total, tu disposición incondicional y el haberme enseñado que la verdad está por encima de toodo.

Espero en adelante poder tener el tiempo para compatirles todas las lecciones de vida que tuve la fortuna de vivir...

Mi viejo, un abrazo dode quiera que estés.